Un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) revela una evolución positiva de los indicadores de seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe, lo que indica avances en la lucha de la región contra el hambre.
En el informe de la FAO recientemente publicado, “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2023”, se destaca que si bien el hambre en el mundo ya no aumenta, sigue persistiendo en niveles significativamente superiores a los observados antes de la pandemia. Esta tendencia también se refleja en la región de América Latina y el Caribe. Aunque el número de personas subnutridas en la región ha disminuido de 45,6 millones en 2021 a 43,2 millones en 2022, sigue siendo elevado en comparación con el año prepandémico de 2020.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoce el descenso de la inseguridad alimentaria moderada o severa en América Latina, que pasó del 40,3 por ciento en 2021 al 37,5 por ciento en el último año, lo que se traduce en una reducción de 16,5 millones de personas. Este progreso se considera “alentador” y diferencia a la región de otras partes del mundo. La FAO también reconoce los avances en la reducción de la brecha de género en la región, ya que a nivel mundial las mujeres se enfrentan a un mayor riesgo de padecer hambre. Sin embargo, persisten las disparidades dentro de la propia región, y los progresos en la lucha contra el hambre en América del Sur se ven contrarrestados por el aumento de la inseguridad alimentaria en el Caribe.
Según los datos de la FAO, aproximadamente 10,1 millones de personas en Brasil sufrían subnutrición en 2022. Además, 70,3 millones de personas se enfrentaban a una inseguridad alimentaria moderada o grave, de las cuales 20,1 millones sufrían inseguridad alimentaria grave. En otras palabras, casi un tercio de la población (32,8%) se enfrenta a una inseguridad alimentaria moderada o grave, mientras que el 4,7% padece hambre. Estas cifras representan algunas de las tasas más bajas de la región, con países como Uruguay y Guyana (ambos por debajo del 2,5 por ciento), Chile (2,5 por ciento), Argentina (3,2 por ciento) y Paraguay (4,2 por ciento) demostrando mejores resultados en seguridad alimentaria en Sudamérica.
Además del hambre y la inseguridad alimentaria, otro indicador importante de la inseguridad alimentaria es la obesidad, que a menudo refleja las dificultades para acceder a alimentos asequibles y nutritivos. Por término medio, América Latina y el Caribe se enfrentan a una mayor lucha contra este problema en comparación con el resto del mundo. En este contexto, Brasil destaca por sus tasas especialmente elevadas de obesidad infantil.